¿Qué es?
Según el psicólogo Daniel Goleman, la empatía es uno de los cinco componentes clave de la Inteligencia Emocional. Cada día encontramos más estudios que la respaldan como una de las capacidades imprescindibles para equipos y líderes altamente efectivos: una auténtica habilidad de liderazgo vital.
En su forma más simple, la empatía se define como la capacidad de reconocer emociones en los demás y comprender las perspectivas de otras personas sobre una situación. Sentir la experiencia de los demás ayuda a comprender mejor sus puntos de vista y nos hace más capaz de comunicarnos de una manera más efectiva e inclusiva. En su forma más amplia, la empatía permite utilizar información privilegiada para mejorar el estado de ánimo de otras personas y apoyarlas en situaciones difíciles.
Muchas veces se suele confundir a la empatía con la simpatía. Sin embargo, la simpatía es un sentimiento de preocupación por alguien junto con una sensación de que podría ser más feliz. A diferencia de ella, la empatía implica ir un poco más allá, teniendo emociones compartidas.
La empatía es la base del servicio al cliente, de allí que sea un aspecto base al utilizar el Design Thinking: empatizar con el cliente objetivo permite ofrecerle soluciones correctas a su problema. Asimismo, es una habilidad muy útil en el lugar de trabajo: ayuda a resolver conflictos, a estrechar relaciones con colaboradores y a desarrollar equipos más cohesionados y productivos.
Beneficios de desarrollar esta habilidad
- Fomenta el bienestar y la salud emocional y física. Al empatizar con los demás aprendemos a regular nuestras propias emociones.
- Permite construir conexiones sociales con quienes nos rodean y promueve comportamientos de ayuda y colaboración.
- Proporciona una perspectiva más abierta sobre la vida y sobre las personas que forman parte de nuestro entorno.
- Mejora las habilidades de resolución de problemas.
Entrena tu empatía (herramientas)
Escucha empática Para utilizar la escucha empática, es necesario escuchar pacientemente lo que la otra persona tiene que decir, sin interrumpirla ni querer comunicarle nuestra opinión o juicio. Ayuda pensar en nosotros mismos como un espejo, que permite que el otro exprese sus emociones al tiempo que se toma una actitud neutra, de atención plena en las palabras recibidas. Para este ejercicio necesitas la colaboración de alguien de tu entorno, ya que lo realizarías en pareja. Vamos a estructurarlo en dos partes. Inicialmente, se trata de que la otra persona te cuente durante 2 minutos algún problema que tenga en su vida diaria. Cronometra el tiempo sugerido al tiempo que se colocan en una postura cómoda para iniciar este intercambio. Mientras tu colaborador está narrando la situación elegida, puedes sentir alguna ancla que te funcione para estar más atento, como fijarte en tu respiración o en los puntos de apoyo de tu cuerpo en ese momento. No puedes realizar ninguna pregunta, ningún comentario, ninguna apreciación. A lo sumo puedes asentir, no como signo de que estás de acuerdo sino como señal de que aceptas/recibes lo que estás escuchando. Al finalizar el tiempo estipulado, responde las siguientes preguntas autorreflexivas: Seguidamente se intercambiarán los papeles entre ustedes. Al finalizar tus 2 minutos de haberte expresado, responde a continuación: En el día a día, puedes practicar esta misma habilidad con las personas con las que conversas, añadiendo algunas modificaciones: